Blog de la Banda de Cornetas y Tambores de Jesús de Medinaceli de Santa Olalla, fundada en 2006.

lunes, 21 de noviembre de 2016

Un "Santa Cecilia" lleno de emociones

Qué mejor forma de empezar la semana que expresando nuestros sentimientos de agradecimiento y emoción por todo lo acontecido este fin de semana. El sábado tuvimos la oportunidad de celebrar el II Concierto Benéfico de Santa Cecilia, este año en favor de ATAEM. Tuvimos de invitados a la AM Nuestro Padre Nazareno de Gerindote, y realmente, fue una tarde muy emotiva. No sabemos si fue el motivo por el que nos reuníamos, las palabras que mucho nos brindasteis, la situación sentimental de cada uno, o esas melodías que con mucho cariño y pasión ambas bandas interpretamos. Lo que sí está claro es que la tarde fue mágica, emotiva y a todos nos dejó un buen sabor de boca. Y no es que lo digamos nosotros, es que no hemos dejado de recibir palabras de agradecimiento y emoción por parte de todos los que allí estuvisteis presentes. Por eso, GRACIAS, porque vuestras palabras son granitos de arena que ayudan a que podamos seguir adelante.

Pero esto no es todo. El domingo fue la primera vez que pudimos celebrar la misa en honor a Santa Cecilia, y acompañarla en la procesión, que a pesar de la lluvia, pudimos realizar con todo nuestro cariño. Volvimos a sentirnos orgullosos de haber tocado una vez más en Santa Olalla, porque volvimos a escuchar esas felicitaciones por parte de los santaolalleros diciendo que nos habíamos superado otro poquito más. Gracias de nuevo.

Para terminar, nos gustaría compartir con vosotros, las palabras que nuestro compañero Roberto Frías dedicó a todos los allí presentes al finalizar nuestra actuación el sábado, y que a más de uno nos hizo pensar, y agradecerle que tuviera idea de darnos esta sorpresa, porque nos hacía un poquito de falta. ¿Cómo es posible no emocionarse ante esto?  

Buenas tardes,
Sr Alcalde , Directiva de la cofradía , asociación de ATAEM
Soy de pocas palabras y los que me conocen los saben, por ello seré breve, pero me gustaría compartir con todos ustedes un pensamiento que ronda en mi cabeza desde hace tiempo.

Cada año siempre digo a mi familia que este será el último que forme parte de la banda de Jesús de Medinaceli debido a circunstancias de trabajo y estudio por lo que muchos de nosotros estamos fuera de nuestro hogar. Cada miércoles santo pienso que será el último e intento vestirme muy despacio para sentirlo , saborearlo , para disfrutar por última vez de ese momento y que nunca llegue el momento que tenga que colgar este terno nazareno y oro , pero tengo que confesarles algo , soy egoísta , no lo dejo porque ame a la música , no lo dejo porque necesito de todas aquellas personas que formamos parte de esta familia, en la que Pedro, nuestro director, intenta aunar a todos y cada uno de nosotros y no pierde la esperanza de que nuestro sueño en la banda sea cada vez mayor.
Todo ello es lo que me ayuda a sacar tiempo para ensayar, no por mí , si no, por ellos, por mis compañeros, porque no les puedo fallar, porque esto no puede acabar sin más.

Son 11 años ya desde que formamos esta familia, nos hemos visto crecer, madurar, incluso vivir acontecimientos que cambiaran nuestras vidas, pero todo eso lo hemos hecho juntos, sin fisuras, como si de una legión romana se tratase.
Siempre juntos hemos conseguido grandes logros para la banda, hemos conseguido poder tocar por las grandiosas calles de Madrid, también desde el año pasado estamos intentando aportar nuestro granito de arena a grandes causas, como es esta en la que hoy nos encontramos, porque en todo lo que esta banda pueda ayudar, allí estaremos.

Con todo esto les quiero pedir que nos ayuden a crecer, que a cada niño , hombre o mujer que vean, les hablen de este grupo de jóvenes que pertenecen a un pueblo pequeño que desean ser grandes , y para ello necesitamos aprender de cada uno de ustedes, esos que nos acompañáis en nuestra andadura y os emocionáis con cada logro conseguido, uniros a nosotros y permitirnos que aprendamos de todos ustedes. Nosotros estaremos encantados de que formen parte de esta familia.

Para concluir quiero dedicar una máxima a mis compañeros:
Nuestra mayor gloria no está en caer, sino en levantarnos cada vez que caemos.

Muchas gracias a todos y en especial a nuestras familias por su apoyo incondicional. 
(Marta, apúntate)